Inauguración: 5 de febrero de 2009, a las 20:00h.
Por primera vez en Europa, la galería Michel Soskine de Madrid presenta la obra de la fotógrafa japonesa Michiko KON.
A partir del 5 de febrero la galería expondrá 23 fotografías realizadas de 1979 a 2002.
Una serie de platinotipias en blanco y negro donde Surrealismo, elegancia y humor se entrelazan con gran teatralidad.
Michiko Kon inventa y construye una escenografía de bodegones, con elementos marinos, vegetales y textiles, y luego fotografía esos objetos imposibles:
Las reminiscencias de Archimboldo son innegables, pero donde el milanés ponía frutas, verduras y flores, la japonesa Michiko Kon juega con pescados, pollos y pulpos en un mundo al borde de un “surrealismo barocco”.
Este mundo, Kon lo traviste, lo reinventa, lo descuartiza y lo iconiza. El pescado, alimento marino, y también el alimento del corral, el de la huerta y lo floral, componen assemblages donde flores y tejidos se multiplican en un sentido del absurdo: Espinas de peces convertidas en tutús, ojos de sardina en el corazón de un girasol, patas de gallo conformando un esmokin, y la piel del pescado confundida con la de una flor.
La naturaleza vegetal se confunde con la animal bajo una piel y una carnalidad de texturas equívocas. Se trata de un juego visual que confronta lo viscoso y lo dúctil, la dureza con la delicadeza, el humor y la crueldad, entre un millón de brillos y mates, mil matices que el proceso fotográfico de la platinotipia sublima. Una técnica laboriosa y sutil, prácticamente en desuso por su complejidad y que Michiko Kon utiliza en una tirada de siete ejemplares, cada cual único por ser distinto en matices. Bodegones antropomorfos capturados en un claroscuro donde adquieren un atractivo poderoso y sensual.
Citando a Toshiharu Ito, “Biología, Astronomía, Geometría y Música se armonizan en las fotografías de Michiko Kon”.Ito habla de la habitación donde Michiko Kon crea sus escenarios como de un cuarto en contacto con una dimensión diferente. “En ese cuarto, sustancias inorgánicas se tornan organismos vivos, la disolución se convierte en integración y la muerte se consigue hacer camino entre la vida. Es una habitación de fronteras extrañas”.
La obra de Michiko Kon puede encontrarse en el Metropolitan Museum de Tokyo, el Art Institute de Chicago, las National Gallery de Australia y Canadá entre otros.