TONY BEVAN

Pinturas 1994 - 2005

22 SEPT - 5 NOV, 2005.

TONY BEVAN

Inauguración: 22 de septiembre de 2005, a las 20:00h.

Madrid tendrá la oportunidad de disfrutar de una de las figuras más interesantes del panorama artístico internacional el próximo mes de septiembre. 
Tony Bevan, artista inglés de fuerza indomable, volverá a dejar su impronta en la galería  Michel Soskine Inc. del próximo día 22 de septiembre al 5 de noviembre.
      
La importancia de esta exposición aumenta si tenemos en cuenta que desde el día 28 del mismo mes de septiembre el IVAM de Valencia ofrecerá una retrospectiva de Bevan organizada por su anterior director: Kosme de Barañano.
         
El soplo de autenticidad y carisma que se palpa en su trabajo será uno de los alicientes para acercarnos a esta galería (inaugurada hace siete meses en la capital) que mostrará pinturas y algunos dibujos de este inglés nacido en 1951 en Bradford, Inglaterra.
Desde que en 1970 Bevan inaugurara su primera exposición, la colectiva llamada “New directions in Printmaking” (en la South  London Gallery) sus muestras, tanto colectivas como individuales, han sido innumerables: desde Frankfurt y Kuala Lumpur a Hong Kong y Hawai, pasando por Bergamo, Austria, Los Angeles o Jerusalén. 

Ahora tendremos la oportunidad de admirar sus obras con la ayuda de algún importante aliciente como la presencia del propio artista, así como disfrutar de la exclusividad que supone que se trate de la primera exposición del artista en Madrid, que vive y trabaja en Londres.  

Tony Bevan ha participado en eventos artísticos fundamentales como la Bienal de Sydney o de Venecia (1984 y 1988, respectivamente) habiéndose formado en la Bradford School of Art de 1968 a 1971, luego en el Goldsmiths’ College de Londres (1974-6) y en la Slade School of Fine Art (1974-6) hasta llegar a su “obsesión” por plasmar cabezas (su retrato del famoso pianista Alfred Brendel se puede contemplar en la nacional Portrait Gallery de Londres) algo convertido en fijación hasta llevarle a realizarlas con medidas colosales y que, como veremos en Madrid, ha derivado en los últimos tiempos en un gusto mayor por unos “bodegones” que se confunden con paisajes. Todo como un reflejo de estados psicológicos elementales a través del uso de pigmentos de una forma química crucial presentada ante nuestros ojos.