Inauguración: Jueves, 15 de septiembre de 17.00 a 22.00 horas.
El artista Carlos Pazos (Barcelona, 1949) presenta del 15 de septiembre al 5 de noviembre en MICHEL SOSKINE su trabajo más reciente bajo el título Poso de Batallas. La muestra, primera exposición individual del artista en la galería, reúne 16 esculturas-objetos, dos collages y un vídeo producidos entre 2009 y 2011.
Muñecas flamencas, guitarras de juguete, bolas de discoteca, tocadiscos de plástico, despojos de juegos de mesa o teléfonos estropeados... son algunos de los fetiches o elementos “ferozmente inútiles” que componen las instalaciones y objetos del artista. Solo enumerando las obras que componen la muestra debemos romper con la definición convencional de escultura. Y es que tal y como lo define el crítico de arte Arnau Puig, Pazos despliega “una amalgama de diversos objetos que ofrecen la forma de una imagen”.
Sus piezas generan un entramado de correspondencias y conexiones cargadas de humor con un tinte de lo absurdo. El humor es solo la epidermis de un enigma más profundo que trasciende el kitsch y los estereotipos. Obras como El Cerdo y El Cisne (2009), Asesinato en el Taller de Romero de Torres (2009) o Nota de Fondo (2010) presentadas en la exposición, describen lo que Pazos ha llamado Poso de Batallas. Se componen de sedimentos vitales, los despojos de la cruzada arqueológica que hace de sí mismo, los souvenirs reconstruidos y renacidos a una nueva dimensión.
Descontextualización
Pazos extirpa el significado original a los objetos de su deseo (retomando la expresión bretoniana). Heredero de la “revolución del objeto” iniciada por Duchamp y llevando a sus últimas consecuencias el Ceci n’est pas une pipe de Magritte, disocia al objeto de su palabra, del concepto acordado socialmente por medio del lenguaje, alterando nuestros referentes habituales para comprender la realidad.
Por medio de la descontextualización otorga una nueva dimensión a esas realidades, que adquieren nuevos significados y asociaciones. “Pazos es el creador de un fabuloso cuerpo de obras a partir de productos culturales en desuso. Su mirada reinventa lo cotidiano revistiéndolo de una apariencia deslumbrante. Trabaja con fragmentos de una memoria no vivida, pero que reconocemos. Nos sumerge en una ficción lúdica e irreverente repleta de fetiches”, explica Ana Martínez de Aguilar, directora del Museo Esteban Vicente y ex directora del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, pinacoteca que acogió en 2007 una retrosprectiva sobre la obra de Pazos.
La obra de Pazos requiere una aproximación intuitiva: Conviene dejarse golpear por ella antes de interpretarla. Solo así accederemos a la lógica de su universo y a su pathos, palabra no en vano homófona de su nombre, Pazos.
El significado de su obra está abierto a tantas interpretaciones como sensibilidades las perciban. A veces al descifrarlo resulta contradictorio o inescrutable. Pretende generar conexiones inesperadas en el espectador, espolear sus propias asociaciones. El significado por tanto es libre, pero no nacido del azar sino de una laboriosa arqueología de souvenirs, “un arte de la memoria”, en sus propias palabras, donde ninguna imagen es inocente.
Pazos reivindica la validez de su mirada de artista, dando una nueva dimensión a objetos y emociones descartadas por otros. Siempre provocador, haciendo brecha en lo incuestionable, nos urge a tomar una postura, a averiguar quién somos y qué hacemos aquí. En palabras de Manuel J. Borja-Villel, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía esa “unión de objetos [...] situados en la memoria por mucho que sean recientes [...] capaces de abrir brechas de sensibilidad que nos permiten entender mejor el papel del arte hoy en día”.
Carlos Pazos es Premio Nacional de Artes Plásticas (2004) y Premio Nacional de Artes Visuales de la Generalitat de Cataluña (2008). Estudió Arquitectura, Filosofía y Diseño. Su primera retrospectiva No me Digas Nada tuvo lugar en el MACBA (Museu d’Art Contemporani de Barcelona) y en el MNCARS (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), y pronto viajará al Museo de Arte Contemporáneo de Sao Paulo. Recientemente expuso Goldpazos en la Fundación Vila Casas de Gerona.